LUIS ALBERTO ISLAS

En julio del 2000, Bahía Blanca se conmocionó. No era para menos, acostumbrados en el aurinegro a jugadores de poco renombre o de pasados en los campos del ascenso, la noticia de la llega de un arquero con pasado campeón en la elite con Independiente y en la selección –fue suplente de Pumpido en México ’86- dio mucho que hablar.

"Queremos hacer una buena campaña para llegar a estar entre los cuatro mejores equipos de la B Nacional y si la suerte nos acompaña, tirarnos a pelear por el ascenso a Primera", era la idea de Jorge Ledo y así se lo explicó a Olé.
Si a eso se le suma que estaba abrochado Claudio Spontón, la vuelta del ‘Cota’ Álvarez y sonaban otros nombres interesantes para la categoría (Rubén Gárate y el ‘Coyo’ Almandoz) daba para ilusionarse.

Sin embargo, como la palabra de este personaje vale menos que un patacón duhaldista, todo quedó en humo para la gente. ¿Por qué? Simplemente porque si bien el lunes 17, en LU 2, el arquero habló de sus ganas de jugar y aseguró que el miércoles llegaría a Bahía con su familia para firmar y que aceptaba la oferta porque “lo entusiasmaba mucho” y porque “consideraba al presidente Jorge Ledo una persona muy seria”, el viernes por la mañana se reunió en su casa con Nelson Cabrera, presidente de la Subcomisión de Fútbol de Tigre y por la tarde fue presentado como nuevo refuerzo del Matador -donde sería compañero de su hermano Daniel Alejandro y del ‘Mariscal’ Laspada- por su presidente Bianchi por un año a préstamo olvidando que el medio más seguro de mantener la palabra es no darla nunca.
"Ya no pienso en lo económico (?), porque ese aspecto lo tengo resuelto con mi paso por México", dijo esa tarde en la que trascendió que en Victoria cobraría 5.000 pesos por mes -además de un plus por cada partido que terminara con la valla invicta-, dos mil más de lo que le ofrecía Ledo, despidiéndose del arco aurinegro que finalmente se repartieron entre el ‘gordo’ Sarti y Roberto Cabrera que se sumó empezado el campeonato.
¿Y el entusiasmo por el proyecto aurinegro dónde se fue si no pensaba en lo económico? Nadie lo sabe. Lo cierto es que luego hubo excusas del hoy manager del Rojo en las que aseguró que “Había dado el okey, pero Ledo tardó en hacer las cosas y todo pasó” y de que nunca le mandaron los pasajes aunque desde el club aseguraron que ya lo habían hecho.
Más allá de eso, queda el interrogante de saber si la demora del presidente existió y si eso era excusa para que dos días después mandara todo al diablo, palabra dada mediante. Solo él lo sabe…
Luego las radios reprodujeron sus palabras remarcando la falta de compromiso y Cabrera contó que Ledo lo llamó para mostrarle su malestar y que lo insultó, antes de cortarle, pero ya estaba hecho.
De más está decir que pese a los jugadores importantes que tuvo ese año Tigre, su labor fue poco menos que desastrosa con apenas 5 victorias en 24 partidos y que Islas tras pocas fechas se bajó del barco y tomó otros rumbos: rescindió su contrato y se incorporó al León de México.
Como tres años parece que borran todo, antes de arreglar con Independiente en el 2003 volvió a sonar en Bahía Blanca... también quedó en la nada. “Esta segunda oferta la acepté, pero nuevamente no llegó la respuesta. No se definieron las cosas a su debido tiempo”, dijo Islas en La Nueva Provincia.
Giuseppe Mazzini decía que las promesas son olvidadas por los príncipes, pero no por los pueblos. Y el pueblo aurinegro no olvida.