martes, 7 de julio de 2009

Para empezar hay que contar que, como se dice vulgarmente, duró en Olimpo lo que un pedo en una canasta y que se fue para atrás. ¿Qué se puede decir de un tipo que dirigió apenas tres partidos? Primero, hay que suponer que su salida fue más un tema económico por los problemas que atravesaba el equipo en ese momento. Segundo, que igualmente lo que hizo en el aurinegro fue poco; el equipo venía siendo un desastre (4 ganados, 2 empatados y 7 perdidos) y el no aportó demasiado (2 derrotas y un empate) en una temporada por demás irregular que luego con Echaniz en el banco, fue para olvidar.
Cuando Eduardo Grispo renunció tras sumar su tercera derrota al hilo justamente ante los 'tristes' y el equipo lo agarró interinamente el ‘potro’ ya se mencionaba que Tempesta sería el próximo entrenador.
Mantuvo el dibujo táctico con tres en el fondo y un volante de creación pero el equipo en sus tres jornadas al mando luchó más de lo que jugó, como se venía dando en las fechas anteriores.
Según publica una web ecuatoriana en la que lo defenestran y marcan de mercenario, fue el responsable al recomendar la llegada de los olvidables Lucas Brizuela y Lino Peralta ya que comparten el mismo representante. Si es cierto o no, quedará entre él y Ledo, pero que tuvieron más rodaje con él que con Grispo o Echaniz, no quedan dudas. Si hizo su negocio con eso, ya es harina de otro costal.
Lino Peralta hasta la llegada de Tempesta había jugado dos partidos como titular (en la 6ª fecha ante Gimnasia en Concepción y en la 10ª ante Gimnasia en Jujuy) y había ingresado en otros cuatro encuentros. Por su parte, Lucas Brizuela solo tenía el antecedente de haber reemplazado a Claudio Spontón en esa goleada que nos comimos contra de los jujeños.
Más allá de las lesiones que sufrió el equipo por aquellos tiempos, Peralta ingresó en uno (Almirante Brown) y fue titular en los otros dos partidos con él (General Paz Juniors y San Martín de Tucumán) y Brizuela fue al banco e ingresó en los tres partidos.
Tras su partida ambos jugadores desaparecieron -Brizuela se desvinculó en el receso- y Peralta solo volvió a jugar en la 30ª fecha en la derrota en el clásico con Cipolletti, reemplazando a Cornejo en el segundo tiempo.
¿Qué dejó más allá de esto su pobre campaña? Solo dos derrotas y un empate de pedo -gracias a un tiro libre del Cota en la última bocha- ante un conjunto tucumano que llegó a Bahía tras una huelga por la que no entrenaron durante toda la semana y que pese a eso superó físicamente al aurinegro.
Igual, amado u odiado, pero jamás olvidado, irse mal y silbado (casi un versito) por la gente de los clubes que toca es casi una costumbre del otrora zaguero central platense y así sumó otro lugar donde no lo pueden ni ver ya que entre otros lugares, en la tierra de las manzanas, donde se había iniciado, es puteado y juega su clásico aparte cada vez que vuelve.

1 comment

Anónimo dijo...

Desde mi punto de vista, este caso fue patetico y un emblema de DIRECTORES TECNICOS DE TERROR. Igualmente no puedo dejar de olvidarme de la manera en que se escapó / se fugó JJ López (recordemos que directamente desapareció de la ciudad, aparentemente sin avisar en el club que habia renunciado... los famosos problemas familiares a los que todos apelan cuando quieren fugar).

Capitulo aparte merece Labruna, de buena camapaña, pero de inexistente palabra. Ni el tiempo ni la pobre explicacion que siempre mantuvo pudo hacer borrar la mala imagen que dejo su mala manera de manejarse (recuerden que si bien aun no habia firmado la renovacion arreglada, ya habian llegado Monsalvo y Fleitas, lo cual hace suponer que era cierto lo de su arreglo, nadie trae jugadores sabiendo que ese DT no se queda...)

7 de julio de 2009, 15:25

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