sábado, 11 de julio de 2009

Fue sin dudas el jugador más bizarro que se ‘puso’ (un decir…) la aurinegra. Traído por la empresa Offside Japan, que se dedica al intercambio de jugadores nipones, llegó a fines de mayo del 2003 para probarse por un mes bajo la atenta mirada de "tengo cara pero no soy malo" Falcioni.
Hasta ahí, todo bien. Habiendo tantos muchachitos de ojos rasgados que ponen unos cuantos dólares para perfeccionar su fútbol (?) en la Argentina, ¿por qué Okatani no podía hacer lo suyo? “Vengo a comprobar si mi fútbol sirve en el argentino. Llegué a la Argentina como pude haberlo hecho en Brasil o cualquier otro sitio. Pienso que mi fútbol puede servir”, explicaba a La Nueva.
Si bien sus antecedentes futbolísticos eran prácticamente nulos, se definió como un jugador de área que puede moverse a buscar la pelota fuera del área y que siempre busca el gol pero la cagó un poco cuando le consultaron sobre Bahía. “De Bahía Blanca no tenía referencias, pero del club averigué información por Internet. Pensé que era un club más chico y débil (?). Competitivamente es más fuerte de lo que pensé”, señaló.
Obvio que llegó a estos pagos sin hablar ni una palabra y para explicarle lo que pretendía, ‘Pelusa’ le tuvo que hacer unas flechas sobre una cancha dibujada en papel. "Observaremos sus condiciones. Yo no lo pedí, se lo acercaron al presidente Ledo, y como corresponde, le daremos la oportunidad para que se muestre", explicó el DT.
A caballo regalado no se le miran los dientes y quien sabe cómo (¿u$s?), pasó la prueba y le firmaron contrato por un año, aunque fue uno de esos personajes que habló más de lo que jugó.
Como si su curriculum rebozara de laureles, apenas llegado le tiró un palito al otrora ponja xeneize Takahara (“Se equivocó de equipo, tendría que haber recalado en un equipo no tan importante”) y vendió un toque de humo (“Puede que la experiencia me resulte difícil pero me gusta que sea todo un desafío”).
Si bien no llegó a estar ni cerca de jugar en la primera de Olimpo, se dio un lujo que pocos pueden; jugar en el Monumental. Claro que lo hizo en reserva junto a otros habitués de los preliminares como gardelito’ Medero, Gustavo Bordicio, Walter Carrió y Alfredo Cano, con quien pegó onda y compartió el depto y algunos mates.
Igual lo mejor fue una nota que le dio a La Nueva Provincia en la que hablaba de una noche en la que se puso en pedo y quedó arruinado, sus hábitos alimenticios y encima se dio el gusto de criticar el estado físico del equipo que en ese momento ya dirigía Trossero, por lo que Ledo, ni lerdo ni perezoso, tuvo que ponerle los puntos.
A lo del japonés hay que tomarlo con pinzas, porque es un chico que no entiende el idioma y por ahí, por querer hacerse notar, cometió algunos errores. Doy fe que él no sale de noche y que se muere por jugar” dijo el presidente y agregó “En ocasiones se cometen equivocaciones por no conocer a las personas o porque el idioma es diferente. Ahora deberá aprender cómo se mueve el fútbol argentino
En un fútbol globalizado y con la idea de hacer dinero a toda costa, este muchacho pasó por Bahía y -según dicen- por Tiro Federal de Rosario, aunque no hay demasiados datos de eso. Hoy en día, ya sin esas chapas rubias, Kyo la ‘rompe’ (?) en el Shiga FC de su país, a donde volvió sin cumplir su sueño de conocer al Diegote Maradona tras su periplo argento.

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